miércoles, 8 de mayo de 2013

"El desafío ético de la globalización, Zygmunt Bauman


Zygmunt Bauman, “EL desafío ético de la globalización”, artículo diario El país.

El desafío ético de la globalización
Zygmunt Bauman (profesor de sociología en la Universidad de Leeds y la Universidad de Varsovia)
20 de Julio de 2001. Artículo publicado en el diario EL PAÍS
“Globalización” significa que todos dependemos unos de otros. Las distancias importan poco ahora. Lo que suceda en un lugar puede tener consecuencias mundiales. Gracias a los recursos, instrumentos técnicos y conocimientos que hemos adquirido, nuestras acciones abarcan enormes distancias en el espacio y en el tiempo. Por muy limitadas localmente que sean nuestras intenciones, erraríamos si no tuviéramos en cuenta los factores globales, pues pueden decidir el éxito o el fracaso de nuestras acciones. Lo que hacemos (o nos abstenemos de hacer) puede influir en las condiciones de vida (o de muerte) de gente que vive en lugares que nunca visitaremos y de generaciones que no conoceremos jamás.
Seamos conscientes o no, éstas son las condiciones bajo las que hacemos hoy nuestra historia común. Aunque buena parte (y muy posiblemente toda o casi toda) la historia que se va tejiendo dependa de decisiones humanas, las condiciones bajo las que se toman estas decisiones escapan a nuestro control.
Una vez derribados la mayoría de los límites que antes confinaban nuestra potencial acción a un territorio que podíamos inspeccionar, supervisar y controlar, hemos dejado de poder protegernos, tanto a nosotros como a los que sufren las consecuencias de nuestras acciones, de esta red mundial de interdependencias.
No se puede hacer nada para dar marcha atrás a la globalización. Uno puede estar “a favor” o “en contra” de esta nueva interdependencia mundial. Pero sí hay muchas cosas que dependen de nuestro consentimiento o resistencia a la equívoca forma que hasta la fecha ha adoptado la globalización.
Hace sólo medio siglo, Karl Jaspers podía aún separar limpiamente la “culpa moral” (el remordimiento que sentimos cuando hacemos daño a otros seres humanos, bien por lo que hemos hecho o por lo que hemos dejado de hacer) de la “culpa metafísica” (la culpa que sentimos cuando se hace daño a un ser humano, aunque dicho daño no esté en absoluto relacionado con nuestra acción). Esta distinción ha perdido su sentido con la globalización. La frase de John Donne “no preguntes nunca por quién doblan las campanas; están doblando por ti” representa como nunca la solidaridad de nuestro destino, aunque todavía esté lejos de ser equilibrada por la solidaridad de nuestros sentimientos y acciones.
Cuando un ser humano sufre indignidad, pobreza o dolor, no podemos tener certeza de nuestra inocencia moral. No podemos declarar que no lo sabíamos, ni estar seguros de que no hay nada que cambiar en nuestra conducta para impedir o por lo menos aliviar la suerte del que sufre. Puede que individualmente seamos impotentes, pero podríamos hacer algo unidos. Y esta unión está hecha de individuos y por los individuos.
El problema es, como alegaba Hans Jonas, otro gran filósofo del siglo XX, que, aunque el espacio y el tiempo ya no establezcan límites a las consecuencias de nuestras acciones, nuestra imaginación moral no ha ido mucho más allá del ámbito que tenía en los tiempos de Adán y Eva. Las responsabilidades que estamos dispuestos a asumir no se han aventurado tan lejos como la influencia que nuestra conducta diaria ejerce sobre las vidas de personas cada vez más lejanas.
El “proceso de globalización” significa que esa red de dependencias llega a los más remotos recovecos del planeta, pero poco más (por lo menos hasta ahora). Sería muy prematuro hablar de una sociedad global o de una cultura global, y más aún de una política o un derecho globales. ¿Está surgiendo un sistema social global en ese extremo último del proceso de globalización? Si tal sistema existe, no se parece a los sistemas sociales que solemos considerar normativos. Solíamos pensar en los sistemas sociales como una totalidad que coordinaba y adaptaba todos los aspectos de la existencia humana a través de mecanismos económicos, poder político y patrones culturales. Hoy día, sin embargo, aquello que se solía coordinar al mismo nivel y dentro de una misma totalidad ha sido separado y situado en niveles radicalmente diferentes.
La globalidad del capital, las finanzas y el comercio (esas fuerzas decisivas para la libertad de elección y la eficacia de las acciones humanas) no se ha emparejado a una escala semejante con los recursos que la humanidad ha desarrollado para controlar las fuerzas que rigen las vidas humanas. Y lo que es más importante, la globalidad no se ha igualado con una escala global semejante de control democrático.
De hecho podemos decir que el poder ha “volado” de las instituciones desarrolladas a lo largo de la historia que, en los Estados nacionales modernos, solían ejercer un control democrático sobre los usos y abusos del poder[psg1] . La globalización en su forma actual significa pérdida de poder de los Estados nacionales y (por el momento) ausencia de cualquier sustituto eficaz.
Ya en otra ocasión, los actores económicos efectuaron una desaparición a lo Houdini semejante a ésta, aunque, evidentemente, a una escala mucho más modesta que la que se ha efectuado en nuestra era de la globalización. Max Weber, uno de los analistas más agudos de la lógica de la historia moderna (o de la falta de ella), observó que lo que marcaba el nacimiento del nuevo capitalismo era la separación de la actividad económica de lo doméstico[psg2]  (donde lo “doméstico” significaba la densa red de derechos y obligaciones mutuas mantenidos por las comunidades rurales y urbanas, por las parroquias o los gremios de artesanos, en las que familias y vecinos habían estado estrechamente envueltos). Con esta separación (mejor llamarla “secesión” en honor de la antigua alegoría de Menenio Agripa), el mundo de los negocios se aventuró por una auténtica tierra fronteriza, una tierra de nadie libre de problemas morales y restricciones legales y pronta a ser subordinada al código de conducta propio de la empresa.
Como ya sabemos, esta extraterritorialidad sin precedentes de la actividad económica condujo en su momento a un espectacular avance de la capacidad industrial y al acrecimiento de la riqueza. También sabemos que, durante casi la totalidad del siglo XIX, esa misma extraterritorialidad redundó en mucha miseria humana, en pobreza y en una casi inconcebible polarización de las oportunidades y niveles de vida de la humanidad.
Por último, también sabemos que los Estados modernos entonces emergentes reclamaron esa tierra de nadie que el mundo de los negocios consideraba de su exclusiva propiedad. Los organismos que establecen las normas del comportamiento de los Estados invadieron aquel espacio hasta que, no sin vencer una resistencia feroz, se lo anexionaron y colonizaron, llenando así el vacío ético y mitigando sus consecuencias más desagradables para la vida de sus súbditos o ciudadanos.
La globalización se puede considerar como la “segunda secesión”. Una vez más, el mundo económico se ha escapado del confinamiento doméstico, aunque esta vez el hogar que se ha abandonado es el moderno “hogar imaginario”, circunscrito y protegido por los poderes económicos, militares y culturales del Estado nacional, a los que se suma la soberanía política. De nuevo, el ámbito económico ha conseguido un “territorio extraterritorial”, un espacio propio por el que pueden andar, tumbando con toda libertad los pequeños obstáculos levantados por las débiles potencias de lo local y tratando de sortear los obstáculos construidos por los fuertes, y donde pueden perseguir sus fines pasando por alto o dando de lado el resto de los fines, a los que consideran irrelevantes económicamente y por tanto ilegítimos. Y una vez más observamos unos efectos sociales semejantes a aquellos que, en tiempos de la primera secesión, tropezaron con la repulsa social, sólo que esta vez a una escala inmensamente mayor, global (como la segunda secesión en sí).
Hace casi dos siglos, en plena primera secesión, Karl Marx acusó de “utópicos” a aquellos que abogaban por una sociedad mejor, más equitativa y justa y que tenían la esperanza de lograrlo deteniendo en seco el avance del capitalismo y volviendo al punto de partida, al mundo pre-moderno del ámbito doméstico y los talleres familiares.
No había vuelta atrás, insistía Marx; y, al menos en ese punto, la historia le dio la razón. Cualquier tipo de justicia y de equidad susceptible de arraigar hoy día tiene que partir del punto en que unas transformaciones irreversibles han llevado ya a la condición humana.
Una vuelta atrás de la globalización de la dependencia humana, del alcance global de la tecnología y de las actividades económicas es imprevisible con toda seguridad. Respuestas como “pongamos las carretas en círculo” o “volvamos a las tiendas de campaña tribales” (nacionales, comunitarias) no servirán. No se trata de cómo remontar el río de la historia, sino de cómo luchar contra su contaminación y canalizar sus aguas para lograr una distribución más equitativa de los beneficios que comporta.
Y otro punto que es necesario recordar: sea cual fuere la forma que adopte el control global sobre las fuerzas globales, no puede ser una copia ampliada de las instituciones democráticas desarrolladas en los dos primeros siglos de la historia contemporánea. Dichas instituciones se hicieron a la medida del Estado nacional, que entonces era la 'totalidad social', de mayor tamaño y que más abarcaba y son particularmente poco aptas para ser ampliadas hasta una escala global.
El Estado nacional no era tampoco una hipérbole de los mecanismos comunitarios sino que, por el contrario, era el producto final de formas radicalmente nuevas de convivencia humana, así como de solidaridad social. Tampoco fue el resultado de una negociación y un consenso logrado tras una dura negociación entre comunidades locales. El Estado nacional, que finalmente proporcionó la tan buscada respuesta a los desafíos de la “primera secesión”, surgió a pesar de los obstinados defensores de las tradiciones comunitarias y mediante la progresiva erosión de las ya escuálidas y menguadas soberanías locales.
Toda respuesta eficaz a la globalización no puede más que ser global. Y el destino de semejante respuesta global depende de que surja y arraigue un ámbito político global (entendido como algo distinto de “internacional” o, para ser más precisos, interestatal). Es este ámbito político el que hoy brilla por su ausencia.
Los actuales actores mundiales se niegan abiertamente a establecer dicho ámbito. Sus adversarios visibles, entrenados en el viejo y cada día menos eficaz arte de la diplomacia entre Estados, parecen carecer de la habilidad necesaria y de los recursos indispensables para lograrlo. Se necesitan nuevas fuerzas para establecer y dar vigor a un foro auténticamente mundial adecuado a la era de la globalización, y éstas sólo se harán valer evitando a unos y otros.
Ésta parece ser la única certeza. El resto depende de nuestra inventiva compartida y de la práctica política del tanteo. Al fin y al cabo, muy pocos pensadores, si es que hubo alguno, fueron capaces de prever en plena primera secesión la forma que adoptaría finalmente la operación encaminada a reparar los daños. De lo que sí estaban seguros era de que una operación de esa clase era la necesidad más imperiosa de su tiempo. Todos estamos en deuda con ellos por esa clarividencia.

 [psg1]En La globalización El Estado como institución, ya deja de ser la fuente de poder nacion al. Las decisiones, epsecialmente, econômicas se toman a nível global
 [psg2]Separación de la actividad econômica de lós doméstico.
¿Cómo se vê reflejada la globalización em la actualidad en la vida cotidiana? (presentar informe escrito y exponer ante El curso)
¿Cómo afecta a la educación parvularia –o educadora de párvulos- la globalización.
¿Cuáles son lãs características de la globalización?
Imagínese un parvulario Del futuro. Descríbalo con todo detalle.
¿Cuáles han sido lãs consecuencias de la globalización para lãs famílias?
¿Cómo será la vida familiar en el futuro?
¿Qué preparación deberan tener lós niños em el futuro para enfrentar la globalización?
¿Cuáles son las consecuencias positivas y negativas de la globalización? 

El cambio en la sociedad de la información, su plataforma e impacto en la educación


Alumnas: 
Les dejo este documento escrito en el contexto del Magister en Ciencias de la Educación. Puede servir para agregar un aporte al tema de la globalización y sus repercusiones en la educación.
   
Título: El cambio en la sociedad de la información, su plataforma tecnológica e impacto en la educación.
Lo que Alvin Toffler[1] proyectó para el futuro es hoy una realidad. La sociedad globalizada conectada por la tecnología en tiempo real, es lo que se ha llamado “carretera de la información”. En esta sociedad de la información el cambio está instalado y mediado justamente por la impacto de la tecnología en todos los ámbitos de la vida humana. Esto incluye, por supuesto, la educación.
En Chile durante el gobierno Ricardo Lagos se creo “enlaces” con lo que quiso darse cuenta, justamente de la necesidad de que las escuelas de país estuvieran  a la altura del desarrollo científico tecnológico. Enlaces representó un aporte en el sentido de entregar a los estudiantes el acceso a las tecnologías de la información. Con ello se postulaba que se reduciría  la gran brecha existente entre estudiantes más pobres y aquellos que, por sus medios económicos, podían acceder a los nuevos adelantos.
Si bien, esto significó un adelanto, pereciera ser, que finalmente, tal esfuerzo no tuvo el resultado esperado. Se puede plantear la una explicación tentativa de que uno de los problemas fue, que los profesores no estaban preparados para enfrentar dicho cambio, ni tenían las habilidades técnicas para enfrentar el cambio tecnológico. Así, en muchos casos, se implementó la tecnología, sin embargo, los sistemas educativos, llámense escuelas, colegios, siguieron, y siguen, siendo administrados con modelos antiguos de administración, que no dan cuenta de el cambio ocurrido en la sociedad y de la nueva forma de gestión.
Efectivamente, el mundo cambió, y está en proceso de vertiginoso cambio. Esto hace que los sistemas sociales sean altamente inestables. Eso genera, además, una presión constante sobre los sistemas educativos.
En nuestro país, los adolescentes han estado protestando, tomándose los colegios, saliendo a la calle, pues quieren recibir una mejor educación. Ellos intuyen que no están recibiendo lo que debieran (esto sin considerar el alto costo que se debe pagar por la educación en Chile). Efectivamente, dados los cambios socio-culturales que son producto de la globalización, la educación chilena aún está al debe. Esto lo dicen incluso las mediciones internacionales.  Pero no se trata sólo de una asunto de medición, el problema es mucho más profundo y dice relación con el concepto de aprendizaje, el papel que debiera jugar el profesor de acuerdo a las nuevas teorías del aprendizaje y, finalmente, del papel que debe jugar el estudiante en las nuevas aulas que a las que debiera dar lugar esta nueva sociedad del conocimiento. 
Efectivamente, Maturana plantea al principio de su texto[2], que lo de debe cambiar es nuestro concepto del aprendizaje y, entiende a este, como un elemento fundamental que le permitirá el hombre del siglo 21 entenderse a sí mismo. Por supuesto, aprendizaje define desde su fondo biológico y cibernético. Esto es, como un sistema que considera la totalidad del ser humano en su contexto social. Este es una de los conceptos que tiene cambiar en las aulas de “construcción del conocimiento”. El conocimiento como fue entendido en la modernidad como herencia del cartesianismo, es superado en este nuevo modelo. El conocimiento ya no es lineal, sino holístico y las interacciones son en todas las direcciones.
Según Fullan[3], son tres los aspectos que deben cambiar para que cambie la educación: 1) Los nuevos materiales educativos; 2) los comportamiento/prácticas docentes; 3) creencias y entendimiento de los profesores. Justamente, lo que mencionamos antes se refiere a los conceptos, ideas, modelos que no cambiaron en la educación chilena, a pesar de la introducción de la nueva tecnología.
Para que el cambio sea efectivo expresa el autor antes mencionado no es suficiente la introducción de la nueva tecnología, se requiere también de una cambio en la cultura organizacional al interior de la escuela. Allí es donde los esfuerzos de cambios se hacen estériles. Por eso mismo, hoy se habla de “gestión del conocimiento”. La cual considera al conocimiento de las personas como un activo intangible de gran valor. Este conocimiento de debe gestionar para explicitar el conocimiento implícito en la organización por medio de la interacción, para así otorgarle mayor valor al servicio educativo que se entrega. Este último concepto, derechamente considera el lenguaje de la empresa como parte de las instituciones educativas. Es que el concepto de “gestión del conocimiento” nace en dicho contexto.
Parte del cambio organizacional considera transformar la organización en organizaciones que aprenden, esto es, en redes de comunidades de aprendizaje, en la cuales el trabajo en equipo juega un papel fundamental. Ello implica la colaboración e interacción.
En ese contexto el estudiante juega un papel activo, que implica conceptos como retroalimentación, reflexión y revisión. Esto, pues ellos deberán estar preparados para responder a la sociedad de la información.
Este cambio, acota Fullan, es a nivel individual donde ocurre o no ocurre. De allí que para implantar dichos cambios haya que darse tiempo para que los profesores le encuentren sentido a los cambios, tanto de tecnología como de programas o, de las ideas.  
Bibliografía/Linkografía:
·         Fullan, Michel. Technology and the problema of change. December 1999. Pdf. Disponible en internet: http://www.michaelfullan.ca/Articles_98-99/12_99.pdf
·         Fullan, Michel. Los nuevos significados del cambio en la educación. Barcelona: Ediciones octaedro. 2002. Cap.3: El sentido del cambio educativo.
·         Maturana, Humberto. El árbol del conocimiento. Pdf. Introducción y caps. 1,2. Disponible en internet: http://www.quedelibros.com/libro/50949/El-Arbol-Del-Conocimiento-pdf.html
·         http://www.cepal.org/dds/noticias/paginas/2/41012/TIC-sistema-educativo-chileno-Ignacio-Jara.pdf


[1] Toffler, Alvin. La tercera ola. Barcelona. Plaza y Janés Editores S.A. 1980. p.215.
[2] Maturana, Humberto. El árbol del conocimiento. Pdf. Disponible en internet. Introducción y caps. 1,2.
[3] Fullan, Michel. Technology and the problema of change. December 1999. Pdf. 

miércoles, 1 de mayo de 2013

PAUTA DE EVALUACIÓN DE ENSAYO GUIADO

Alumnas: Les dejo la pauta de corrección y a la vez, la pauta para elaborar el Ensayo Guiado para el 23 de Mayo. Durante las clases entregaré más indicaciones al respecto.
El tema es el mismo tema que estamos tratando en la clase. Deben usar los mismos materiales que hemos usados durante el curso. Se trata de las problemáticas que enfrenta la educación en Chile. Además, del tema de la globalización y la crisis de la sociedad actual y de cómo esto afecta a la educación.


PAUTA DE EVALUACIÓN DE ENSAYO GUIADO
NOMBRE DE EL/LA ESTUDIANTE:
CRITERIO
PUNTAJE
PJE ALUMNO/a
Escriba ensayo en que se reflexione sobre el tema que le propone el profesor.  
4 pts

Extensión máxima: Cuatro páginas. (capacidad de síntesis).
2 pts

Tamaño fuente, Arial 12
1 pts

interlineado  1,5. Color negro
2 pts

Totalmente justificado a 2 cm
2 pts

Tamaño carta
2 pts

Incluir portada (Membrete, Título, nombre institución, profesor, alumno/a, fecha
2 pts

Los elementos conceptuales del material de estudio entregado y otros aportes bibliográficos, son una elaboración intelectual y por lo tanto, se deben citar en sus referencias bibliográficas
4 pts

Las citas bibliográficas y de recursos de Internet, deben efectuarse según las normas APA.  
4 pts

Redacción
2 pts

Coherencia
2 pts

Originalidad
4 pts

No se aceptan copias textualmente de párrafos o frases de otros autores, en los análisis y conclusiones, respecto del tema en discusión. (copia menos 10 puntos) . Tampoco serán aceptadas las copias de trabajos publicados en Internet o cualquier otro medio.
(-10 pts)

Total
31 pts